En tiempos donde lo unico que nos queda es la palabra , aquella empeñada, cuando le decimos al otro, para siempre, para toda la vida. La escrita, que nos permite, comunicarnos con los demas, haciéndoles saber lo que pensamos, lo que queremos decir cuando decimos algo. La palabra que no se verbaliza, como cuando callamos lo que pensamos, y no lo compartimos por miedo. O por vergüenza. La palabra . En estos tiempos de abismo, de incomunicación, de soledad, de silencios, de unipersonales, de egoísmos varios, de unilateralidad. Ahí es donde me pongo a pensar en lo que decimos, cómo lo decimos, a quien. Qué queremos expresar? Qué queremos que el otro sienta cuando nos lee? En mi caso, a veces simplemente escribo para mi, para poder dejar mis pensamientos fundidos en un papel. Me hace bien, saca de adentro todo lo que tengo, o algo, al menos. Me sirve para no ahogarme, de tanta palabra escondida. A veces escribo cuentos, otras veces novelas, que luego no termino, como todo, lo
Un lugar donde digo lo que pienso, no lo que te gusta.