Soy una mujer de 48 años, que vivió parte de su juventud, en un ámbito político y social de censura, y prohibición, y el resto de su juventud, desaprendiendo viejas costumbres.
Me enseñaron a no quejarme, no contestar, no opinar, no hablar cuando los grandes están hablando, no interrumpir, no discutir, no politizar, no participar de ningún movimiento social y menos político. No, no y no.
En este momento de mi vida me doy cuenta de varias cosas.
La primera: todo lo que cambió nuestra sociedad (para bien y para mal) Hoy las mujeres en esa lucha constante de hacer valer nuestros derechos, podemos decir a un piropeador serial, Me estas acosando. No me gusta que me digas si tengo lindo el culo o las tetas. No quiero ir a tu casa. ETC .
Bien! A ver, recuerdo ser una niña inocente de 14 años y que viejos pajeros en su auto, me siguieran , frenaran el auto y se hicieran una paja adelante mio, diciéndome: Lindaaaaaa...
Y yo salir corriendo, horrorizada. Y a quien se lo iba a contar? Quien iba a hacer algo?
La segunda: todas las mujeres hoy tenemos idea de lo que es Violencia de genero, violencia obstétrica, etc: a mi me fajaron a los 16 (si, un novio), me trataron como a una cosa, no una sino dos veces en dos partos diferentes. Gracias a Dios en mi ultimo parto fui tratada con respeto y con amor que si no !? no se...
La tercera cosa: Mi generación justo está a la mitad de todo. Por un lado ya no soy la joven contestaria, como mis hijas, que si no les gusta algo directamente te lo dicen, y tampoco soy la tercera edad, que se quejan de todo, y todo les molesta , y lo dicen a viva voz, porque total, son inimputables.
Yo , justo estoy en el medio, y si sumado a eso , le agregas el condimento esencial de : no te metas, no opines, no hables. no participes. El cóctel es realmente explosivo. Agarrate porque cuando tengo que hablar prendo el ventilador.
Y así estamos. Viviendo la mitad de mi vida, sintiendo que nunca es suficiente lo que callo, y tampoco suficiente lo que hablo. Que si tengo que enfrentarme con alguien siempre va a ser para pelea. Porque claro si me enfrento con alguien mas joven que yo. (cosa que casi nunca hago porque la mayoría de las veces comparto su pensamiento y sentir) la otra persona que esta acostumbrada a mandar a la mierda a quien sea, no tiene problema en hacerlo conmigo.
Y si me enfrento a un anciano/a de la tercera edad, me siento culpable. Entonces, como termino?
Aguantando , callando, guardando hasta la próxima explosión.
Y noto que somos tantas las mujeres (los hombres de mi generación también llevan su cruz) que estamos en esta misma condición. De no poder hablar, expresar nuestros sentimientos. Que llega el punto en el que me encuentro con alguien y hablo de algo y me contesta: A mi me pasa lo mismo!
Y así esta generación del Prohibido, va por la vida, tratando de sacarse este estigma de encima, para poder confrontar, sin ser tachado de revolucionario. Poder defender una postura sin ser sometido a insultos varios. Hacer valer nuestros derechos y también hacer frente a nuestras obligaciones.
Simplemente: convivir con el otro.
Me enseñaron a no quejarme, no contestar, no opinar, no hablar cuando los grandes están hablando, no interrumpir, no discutir, no politizar, no participar de ningún movimiento social y menos político. No, no y no.
En este momento de mi vida me doy cuenta de varias cosas.
La primera: todo lo que cambió nuestra sociedad (para bien y para mal) Hoy las mujeres en esa lucha constante de hacer valer nuestros derechos, podemos decir a un piropeador serial, Me estas acosando. No me gusta que me digas si tengo lindo el culo o las tetas. No quiero ir a tu casa. ETC .
Bien! A ver, recuerdo ser una niña inocente de 14 años y que viejos pajeros en su auto, me siguieran , frenaran el auto y se hicieran una paja adelante mio, diciéndome: Lindaaaaaa...
Y yo salir corriendo, horrorizada. Y a quien se lo iba a contar? Quien iba a hacer algo?
La segunda: todas las mujeres hoy tenemos idea de lo que es Violencia de genero, violencia obstétrica, etc: a mi me fajaron a los 16 (si, un novio), me trataron como a una cosa, no una sino dos veces en dos partos diferentes. Gracias a Dios en mi ultimo parto fui tratada con respeto y con amor que si no !? no se...
La tercera cosa: Mi generación justo está a la mitad de todo. Por un lado ya no soy la joven contestaria, como mis hijas, que si no les gusta algo directamente te lo dicen, y tampoco soy la tercera edad, que se quejan de todo, y todo les molesta , y lo dicen a viva voz, porque total, son inimputables.
Yo , justo estoy en el medio, y si sumado a eso , le agregas el condimento esencial de : no te metas, no opines, no hables. no participes. El cóctel es realmente explosivo. Agarrate porque cuando tengo que hablar prendo el ventilador.
Y así estamos. Viviendo la mitad de mi vida, sintiendo que nunca es suficiente lo que callo, y tampoco suficiente lo que hablo. Que si tengo que enfrentarme con alguien siempre va a ser para pelea. Porque claro si me enfrento con alguien mas joven que yo. (cosa que casi nunca hago porque la mayoría de las veces comparto su pensamiento y sentir) la otra persona que esta acostumbrada a mandar a la mierda a quien sea, no tiene problema en hacerlo conmigo.
Y si me enfrento a un anciano/a de la tercera edad, me siento culpable. Entonces, como termino?
Aguantando , callando, guardando hasta la próxima explosión.
Y noto que somos tantas las mujeres (los hombres de mi generación también llevan su cruz) que estamos en esta misma condición. De no poder hablar, expresar nuestros sentimientos. Que llega el punto en el que me encuentro con alguien y hablo de algo y me contesta: A mi me pasa lo mismo!
Y así esta generación del Prohibido, va por la vida, tratando de sacarse este estigma de encima, para poder confrontar, sin ser tachado de revolucionario. Poder defender una postura sin ser sometido a insultos varios. Hacer valer nuestros derechos y también hacer frente a nuestras obligaciones.
Simplemente: convivir con el otro.
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