Ir al contenido principal

La felicidad

La felicidad es tan efímera, como la vida de las partículas subatomicas. Cuando la sentís, te das cuenta, que a los segundos quizás, esa sensación de euforia, de éxtasis, ya no existe, y da paso a lo que llamamos la normalidad, y lo que yo defino como la vida chata.

En mi caso particular, esa felicidad efímera va y viene como en un sube y baja, (recuerdo cuando era chica, la sensación de placidez que me daba subir, y quedarme allí arriba un buen rato, hasta que mi compañero/a de juego, decidía, impulsarse con los pies y cambiarme de posición). Esa es la sensación mas cercana y el ejemplo mas válido, de lo que significa felicidad, por lo menos para mi.

Encontramos la felicidad en las pequeñas cosas, los detalles, una mirada, una sonrisa, un gracias. Un recuerdo.

La vida chata en todo lo demás. Una palabra mal dicha, un olvido, la vista perdida cuando estamos hablando.
La vida chata, la tristeza, lo cotidiano. Lo normal.

En mi búsqueda de la felicidad, me encontré muchas veces, luchando contra molinos de viento, haciendo justamente lo contrario a lo que quería, solamente para obtener el beneplácito del resto. La bondad de los otros. Haciendo lo que el resto quiere, no solo no encontré mi propia felicidad, sino que ayudé a que el otro sienta por mi una aversión casi visceral .

Y contra eso no se puede hacer nada. Absolutamente.

Cual es entonces el camino a seguir?

Escuchar mi propia voz. Hacer, lo que realmente quiero y siento que me va a hacer feliz. Porque el resto, una vez que me vea feliz, va a tener dos opciones, acoplarse a mi felicidad, o seguir su camino, alejándose lo máximo posible, simplemente porque es incapaz de sentir empatía conmigo.

La felicidad dura tan solo unas décimas de segundo. Hay que trabajar todos los días para que esos segundos se transformen en minutos, luego en horas, y luego quizás podamos vivir felices, para siempre.


Comentarios

Entradas más populares de este blog

Nada bueno sale de Internet, al menos en estos últimos días. Desde escándalos, y dimes y diretes. A muertes, femicidios, violaciones, golpes y mas violencia. Donde se puede ir a leer, o escuchar o mirar algo que te acaricie el alma, literalmente hablando? Donde poder encontrar una mirada, una palabra de aliento, un abrazo? Pues ni mas ni menos que en la realidad, que no se encuentra en esta caja “boba” que reemplazo a la otra (la Tele) Nuestro día a día, pasa por lo que sucede en el móvil, (lease celular) Miramos videos de risa, reímos. Miramos noticias tristes, lloramos. Vemos las fotos de nuestros amigos, cada vez menos, fotos y amigos. Cuando nos encontramos? Ya nos vamos a ver! Y pasa el tiempo, la vida, y como decía John Lennon, la vida es eso que pasa mientras estas haciendo alguna otra cosa. Nos damos cuenta cuando ya es tarde, que no tuvimos tiempo, ni de sentarnos a vernos a los ojos. No quiero amenazar con irme de las redes, porque lo digo, lo ha

La palabra

En tiempos donde lo unico que nos queda es la palabra , aquella empeñada, cuando le decimos al otro, para siempre, para toda la vida. La escrita, que nos permite, comunicarnos con los demas, haciéndoles saber lo que pensamos, lo que queremos decir cuando decimos algo. La palabra que no se verbaliza, como cuando callamos lo que pensamos, y no lo compartimos por miedo. O por vergüenza. La palabra .    En estos tiempos de abismo, de incomunicación, de soledad, de silencios, de unipersonales, de egoísmos varios, de unilateralidad. Ahí es donde me pongo a pensar en lo que decimos, cómo lo decimos, a quien. Qué queremos expresar? Qué queremos que el otro sienta cuando nos lee? En mi caso, a veces simplemente escribo para mi, para poder dejar mis pensamientos fundidos en un papel. Me hace bien, saca de adentro todo lo que tengo, o algo, al menos. Me sirve para no ahogarme, de tanta palabra escondida. A veces escribo cuentos, otras veces novelas, que luego no termino, como todo, lo